Contrario a lo que muchos creemos sobre el origen de la leche que se comercializa en el país, esta no proviene toda de los departamentos de la región andina, la Orinoquía y la amazonia colombiana también tienen impacto en el mercado nacional. Aunque parezca una contradicción, por las difíciles condiciones, como la variabilidad del clima, la falta de infraestructura vial y los problemas asociados a seguridad, departamentos como Caquetá tiene influencia en el abastecimiento lácteo.
Para tener una idea más clara, Florencia es el principal punto de compra de leche por parte de la gigante Nestlé Colombia. Diariamente 150 mil litros del blanco líquido viajan en camiones cerca de 13 horas desde esa capital hasta Bugalagrande, en el departamento del Valle. Allí recibe el proceso adecuado y se convierte en crema de leche, lechera y milo.
El apoyo de Nestlé a la zona donde lleva 42 años, ha sido fundamental para este alcance, a pesar de la complicada cadena que inicia cuando los productores sacan su producto hasta puntos de recolección a bordo de carreteras usualmente sin pavimentar, allí la recoge un camión pequeño acondicionado para las trochas que luego se encarga de trasvasijarla a camiones de mayor capacidad que la sacan del departamento.
El sector lácteo en esa región viene creciendo, de la mano de mejoras en la productividad a través de cambios técnicos y humanos. Destaca el paso de la ganadería extensiva a la silvicultura, el mejoramiento genético de las razas y la capacitación de los campesinos que hacen parte del sector.
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