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En el mercado financiero, el oro es percibido como un activo refugio. Es decir, cuando se prevé una recesión económica, los inversionistas comienzan a comprar el metal, pues su liquidez y menor volatilidad, en comparación con otros activos, lo hace muy llamativo.
En esta línea y luego de la publicación de débiles datos económicos de China y la zona Euro, el oro logró una cotización por encima de los 1.510 dólares la onza. En las últimas semanas los ecos de una posible recesión económica se han escuchado por parte de analistas y economistas a nivel mundial. La desaceleración de China, enmarcada principalmente en el último dato de producción industrial que presentó su crecimiento más débil desde el 2002, la contracción del crecimiento económico de la zona Euro en el segundo trimestre de 2019 y un posible Brexit duro tienen a las principales bolsas del mundo en rojo y a los inversionistas buscando activos menos riesgosos.
Para los próximos tres meses los analistas han aumentado sus previsiones de la cotización del oro a 1.575 dólares la onza, siendo el principal catalizador del precio la evolución de la disputa comercial entre China y EE.UU.