Durante el primer semestre, Fenalcarbón reportó una producción de 25 millones de toneladas de carbón térmico y 2,5 millones de toneladas de coque. Según el gremio, esta tendencia sugiere que para fin de año el país podría alcanzar las 55 millones de toneladas de carbón térmico y 4 millones de toneladas de coque, cifras similares a las registradas en 2022 cuando se produjeron más de 57 millones de toneladas de diversos carbones según la Agencia Nacional de Minería (ANM).
Carlos Cante, presidente de la federación, explicó para el diario Portafolio, que esta situación se debe a la incertidumbre geopolítica y económica, marcada por una alta inflación global que alcanzó un 8,3% el año pasado, lo que llevó a los bancos centrales a aumentar sus tasas de interés. Como resultado, se espera una desaceleración económica del 2,1% este año, en contraste con el crecimiento del 3,3% registrado en 2022 según el Banco Mundial.
Estos factores han ocasionado una disminución en la demanda y, por ende, en los precios de los commodities como el carbón. Según Cante, esto ha afectado los flujos comerciales de los carbones y coques que Colombia exporta al mundo. En cuanto a la demanda interna del carbón térmico, se estima que ronda los ocho millones de toneladas debido a una mayor necesidad por parte de la generación térmica, anticipándose el fenómeno de El Niño. Como resultado, las generadoras podrían adquirir 5,3 millones de toneladas para cubrir las necesidades energéticas.
Respecto al carbón metalúrgico y el coque destinado a otras industrias, Cante señala que su consumo ha sido directamente impactado por la desaceleración económica, ya que se utilizan principalmente en la industria siderúrgica. Durante 2022, estos combustibles alcanzaron precios históricos debido a la situación en Rusia y Ucrania, pero actualmente, con la menor demanda, los precios han disminuido considerablemente.
El coque ha perdido aproximadamente un tercio de su valor durante este año, mientras que el carbón térmico, que alcanzó precios máximos en septiembre de 2022 con negociaciones superiores a los US$400 por tonelada, ahora se encuentra alrededor de los US$120 por tonelada debido a la situación económica global. Estos cambios en los precios tendrán efectos en los ingresos de dólares a la economía, el pago de impuestos y la liquidación de regalías, que alcanzaron niveles récord en 2022 debido a los altos precios.
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