Según los datos del DANE, la explotación de minas y canteras experimentó una disminución del 3,3% en el segundo trimestre de 2024, con el carbón siendo un componente notable en esta caída.
La Asociación Colombiana de Minería (ACM) ha señalado que esta caída en la actividad minera refleja una serie de desafíos estructurales. Juan Camilo Nariño, presidente de la ACM, atribuye la contracción del sector a una combinación de estigmatización y medidas regulatorias restrictivas que han afectado negativamente a la inversión y operatividad minera en Colombia. Además, la creciente inseguridad y la extracción ilícita también han impactado el sector, a pesar de que la demanda global de carbón sigue en aumento, según la Agencia Internacional de Energía (IEA).
Nariño argumenta que, a nivel mundial, la demanda de carbón está en ascenso, con un incremento proyectado del 1% en 2024. Esto sugiere que la caída en la producción colombiana no se debe a una falta de demanda, sino a las difíciles condiciones internas. La ACM advierte que la situación actual no solo afecta a las empresas mineras, sino también a las comunidades locales que dependen de esta industria para su sustento.
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