La reciente muerte del rey de Arabia Saudita, Abdalá Ben Abdelaziz, generó una preocupación mundial por el impacto que tendría en el mercado petrolero. Sin embargo, la notica no sacudió por completo las finanzas, pues el impulso alcista que se derivó después de la muerte del rey, sólo duró tres horas.
Actualmente Arabia Saudita juega un papel fundamental en el mercado del petróleo, siendo el principal productor en el mundo del valioso commodity. La industria petrolera saudí fue fundada en 1938 por la Arabian American Oil Company (Aramco), después de encontrar yacimientos en Dammam, un campo con cantidades industriales.
Inicialmente Aramco era propiedad de cuatro compañías norteamericanas, pero en 1974 pasó a ser del gobierno saudí. Las grandes reservas del país y el alto nivel de producción convirtieron a Arabia Saudita en un importante productor y en un destacado miembro de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo).
En la actualidad el país cuenta con una extracción diaria de 10.000.000 de barriles de crudo. En el rubro de reservas maneja 254.600.000.000 barriles, equivalente al 20% del total mundial. En gas natural cuenta con el 4% de las reservas globales.
La influencia de Arabia Saudita en el mercado mundial de petróleo hace que los ojos del mundo estén puestos ante cualquier hecho coyuntural que ocurra en el país y no es para menos, durante años su rol ha sido el de estabilizar (bajar) los precios del petróleo en favor de Estados Unidos y otros países industrializados, a cambio de apoyo militar.
Después de la reunión de la OPEP a finales del 2014, el poder de Arabia Saudita quedó en evidencia, además de su interés de jugar a la política con el petróleo, forzando a la organización a mantener sus actuales niveles de producción en 30 millones de barriles diarios para bajar el precio.
Para los analistas, desde las primeras turbulencias petroleras tras la guerra de Medio Oriente de 1973, los sauditas entendieron el rol que pueden jugar en los asuntos regionales y mundiales al abrir y cerrar el grifo del petróleo.
A finales de diciembre de 2014, Arabia Saudita anunció “nunca recortaremos la producción petrolera”, lo que se tomó como un duro mensaje para los productores de petróleo perjudicados. El Ministro de Petróleo, Ali al-Naimi, también afirmó que no conspiraba para eliminar a productores rivales empujando el precio a la baja, tras las declaraciones de Rusia que dice que es probable que Estados Unidos y Arabia Saudita conspiren para dañarlos.
Según analistas, Arabia Saudita está librando una guerra de petroprecios contra Irán (también miembro de la OPEP), Siria, Rusia e incluso Estados Unidos, su tradicional aliado. Sin embargo, el funcionario más poderoso de la OPEP indicó que “no combatimos a nadie en el mercado internacional del petróleo, no hay conspiraciones contra otros países”.
Sin lugar a dudas, el papel que Arabia Saudita desempeña en la economía del petróleo genera un interés global sobre cualquier hecho en el que se involucre, sobre todo ante la caída en los precios del crudo y las especulaciones que se forman para descubrir la causa. ¿Podría ser el acuerdo entre Estados Unidos y Arabia Saudí para castigar a Irán y afectar las economías de Rusia y Venezuela?
