El precio del petróleo ha descendido a su nivel más bajo desde 2021, presionado por el aumento de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, y la incertidumbre generada por las decisiones recientes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+). Este escenario ha generado preocupación entre los inversionistas por una posible desaceleración de la demanda global.
Según el portal Debate, el barril de referencia Brent se ubicó US$65,58 por barril, equivalente a una caída del 6,5%, mientras que, el West Texas Intermediate (WTI) retrocedió 7,4% ubicándose en torno a los US$ 61 y marcando una de las caídas más relevantes en lo corrido del año.
Tras el anuncio del presidente Donald Trump sobre nuevos aranceles a productos chinos del 34,0%, generó expectativas de menor consumo energético global. El gobierno de Estados Unidos ha manifestado una política de máxima presión a naciones productoras de petróleo como Irán y Venezuela.
Además, la decisión de la OPEP+ agravó la situación al triplicar la producción prevista para mayo, junto con señales de debilitamiento en la actividad industrial en varias economías desarrolladas, contribuyeron al retroceso del crudo. Esta combinación de factores ha intensificado la volatilidad en los mercados de energía y podría afectar las proyecciones de crecimiento de economías dependientes de las materias primas.
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