Desde la compra que Medimás hizo de Cafesalud, los escándalos y la presión sobre la nueva propietaria no han parado. Inicialmente se planteó el problema de las deudas, las cuales no se planteaban con claridad en relación a si iban o no, a ser asumidas por el nuevo propietario, un tema que al final terminó aislado de los medios de comunicación y sin mayor socialización sobre el acuerdo establecido.
Ahora el tema se direcciona al funcionamiento y encastre de las funciones que debe asumir Medimás, quien asegura que a la fecha está atendiendo en el 75% de los lugares que le corresponde. Ante la queja constante de los usuarios, la Superintendencia de Salud, otorgó el plazo de 15 días a Medimás para que entre en un nivel de operabilidad del 100%.
La problemática de la salud por ahora, parece no tener soluciones de fondo. Las inversiones hechas por parte del gobierno nacional, el cambio de directivos y la venta de las instituciones del sector; surgen como medidas superficiales que no generan cambios estructurales, que es la exigencia de los usuarios del servicio en el país. Por ahora, Medimás debe enfrentarse a este nuevo ordenamiento y levantar el mal prestigio con el que venía Cafesalud y que se ha profundizado bajo la nueva administración.
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