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Según Fenalco, los establecimientos enfocados en el comercio de ropa de segunda mano vienen aumentando significativamente sus ventas después de la pandemia en el Valle de Aburrá, con un crecimiento del 40%.
Los principales consumidores de ropa usada son los universitarios y personas de clase media, debido a su bajo precio, ya que una prenda de vestir nueva puede valer entre $100.000 y $125.000 pesos, mientras que la ropa de segunda mano cuesta en promedio $25.000 pesos en diferentes zonas de la capital de Antioquia, donde se ha visto en mayor proporción el incremento de este comportamiento.
Una de las principales explicaciones que han llevado que la ropa de segunda mano sea una alternativa válida para las personas son las dificultades para importar insumos y productos terminados, adicionalmente el precio del algodón aumentó un 40% el último año. Además, la tendencia en la forma de consumir moda ha cambiado en los últimos años, las personas han aumentado una mayor conciencia ambiental, lo que permite a este tipo de comercio de moda circular sea más exitoso.