La coyuntura económica mundial y nacional poco a poco deja ver a los sectores más perjudicados, entre los que se encuentra la industria textil, una actividad que además de estar resentida por la caída en el consumo de los hogares, también se ve altamente afectada por el contrabando que ingresa desde Vietnam y China, entre otros países.
Datos: DANE
La participación del sector en el PIB colombiano registró una caída histórica en la última década. De acuerdo con las cifras reveladas por la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), las prendas de vestir y confección pasaron de aportar el 7,2% del PIB industrial en 2007 al 4,8% en el 2017.
Entre tanto, el PIB del sector presentó una caída del 8,3% durante el primer semestre en comparación al mismo periodo de 2016. Dicho PIB incluye la preparación e hilaturas, tejedura de productos textiles, fabricación de tejidos y artículos de punto y ganchillo y prendas de vestir y la fabricación de otros productos textiles.
La Asociación Nacional de Industriales (ANDI) estima que para el 2017 el aporte al PIB nacional será 0,7% inferior al del año pasado, cuando la industria textil aportó 0,8%.
En cuanto al comercio internacional, la relación entre las importaciones y las exportaciones de prendas y complementos de vestir es inversa: mientras las primeras aumentan, al mismo tiempo que crece el contrabando técnico, las segundas disminuyen, generando un déficit en la balanza comercial.
La crisis textil también ha tocado el mercado laboral de la moda. Según la Cámara Colombiana de la Confección, en los últimos años esta industria ha perdido por lo menos 200 mil empleos, entre formales e informales. El primer semestre de 2017 cerró con el número de empleados en la confección con el descenso más pronunciado en lo que va del año. Según las cifras del Dane, en el segundo trimestre del año la informalidad del sector confección fue de más del 52%, por lo cual la pérdida total de puestos de trabajo se calcula en más de 103.000 empleos a nivel nacional, equivalente a perder un empleo por minuto.
Un plan de choque propuesto por el Gobierno para fortalecer la industria textil se basa en tres puntos. El primero de ellos es el control aduanero, con el fin de combatir la subfacturación, de modo que la materia prima que ingrese por debajo del umbral de precios establecido sea sometida a un control más riguroso de las autoridades. El segundo se trata del volumen de la producción, en el que se introduce una variable adicional de peso por prenda ingresada, y por último un reglamento de marquillado y etiquetado, que exige la adhesión permanente a la prenda, para evitar riesgos de falsificación. Estas medidas se realizarán con el apoyo de ProColombia, Inexmoda y la Asociación de Industriales de Colombia, Andi.
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