Ante el impacto ambiental generado por la industria de la moda rápida, que prioriza la producción de prendas con materiales de baja calidad y alta contaminación, cada vez más marcas están explorando alternativas sostenibles. El uso de fibras naturales, obtenidas de fuentes vegetales y animales como el algodón, lana y bambú, han ganado popularidad por su bajo impacto ambiental y su capacidad de contribuir a la llamada “moda sostenible”.
Natalia Pedraza, coordinadora del Sistema Moda de Colombia Productiva, indicó a Agronegocios que la meta a largo plazo es lograr cero emisiones y reducir la contaminación del agua en la fabricación textil. Para ello, la industria busca inversiones anuales de alrededor de US$30 billones para fomentar prácticas responsables en toda la cadena de valor.
El uso de fibras naturales no sólo mejora la sostenibilidad, sino que también incrementa la durabilidad de las prendas y reduce la necesidad de productos químicos, lo que disminuye la irritación de la piel. Al ofrecer mejor transpirabilidad y suavidad en el contacto, estas fibras se presentan como una opción más saludable y duradera frente a las fibras sintéticas, marcando una tendencia hacia una moda más consciente y amigable con el medio ambiente.
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