Según información contenida en el diario La Jornada, en Chicago, los futuros del maíz en Estados Unidos experimentaron una significativa disminución el pasado lunes, alcanzando su nivel más bajo en más de tres años, mientras que los futuros de la soya registraron un mínimo de dos años. Este descenso se atribuye a la fuerte caída en los precios del petróleo, que afectó a los mercados agrícolas, según señalaron analistas.
Además, la presión de las ventas técnicas y las condiciones climáticas favorables, como las lluvias en las áreas de cultivo en secano de Brasil, contribuyeron al declive de los precios de los granos. La semana anterior, la soya ya había experimentado una baja debido a las perspectivas mejoradas de cosecha en Sudamérica, de acuerdo con los analistas.
Las pérdidas representaron un revés para los agricultores estadounidenses que se preparan para sembrar sus próximas cosechas en la primavera, pero resultaron beneficiosas para los ganaderos que necesitan adquirir maíz y soya para alimentar a sus animales.
Jim Gerlach, presidente de la correduría A/C Trading, expresó que si los precios del petróleo siguen a la baja, la recuperación de los cereales resultará muy difícil.
La disminución de hasta un 4 por ciento en los precios del petróleo impactó negativamente en los mercados agrícolas, ya que el maíz se emplea en la producción de etanol y la soya en la elaboración de biocombustibles.
Los contratos de futuros del maíz en la Bolsa de Chicago disminuyeron en 5.75 centavos, alcanzando los 4.55 dólares por bushel, marcando así su valor más bajo desde diciembre de 2020.
Los operadores de granos ajustaron sus posiciones en anticipación a la próxima actualización de las estimaciones sobre la oferta y demanda mundial por parte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, programada para el informe mensual del viernes.
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