La transición del fenómeno de El Niño a La Niña ya ha comenzado, según el Ideam. Aunque las lluvias han aliviado las tierras secas dejadas por un Niño histórico en temperaturas altas, el clima se mantendrá “neutral” durante los próximos meses. Se espera que La Niña llegue en un par de meses, alcanzando su pico entre octubre y noviembre, lo que podría tener importantes implicaciones para la agricultura colombiana.
Analistas destacan que el aumento desmedido de las lluvias puede perjudicar varios cultivos. Por ejemplo, en el caso de la papa, la proliferación del hongo Phytophthora infestans puede destruir un cultivo en sólo una semana de fuertes precipitaciones. El banano también enfrenta riesgos significativos, como inundaciones, volcamientos y enfermedades como el moko y el hongo Fusarium, que se propagan a través del agua.
Leonardo Ariza, presidente de Acosemillas, informó que los cultivos de arroz en la región de La Mojana han sido especialmente afectados por las inundaciones, con la pérdida de aproximadamente 10.000 hectáreas debido al rompimiento del Jarillón Caregato. También se han reportado problemas con el ganado vacuno en esta área.
María Helena Latorre, directora de la Cámara Procultivos de la Andi, señaló que prever un aumento específico en los precios debido a La Niña es arriesgado, ya que dependerá de la intensidad del fenómeno y de la capacidad de los productores para adaptarse. Sin embargo, es claro que un aumento en la intensidad de La Niña puede reducir la oferta de ciertos alimentos, impulsando los precios al alza.
Ariza concluyó que es esencial preparar los sistemas de drenaje en las fincas para evitar encharcamientos que provocan problemas fitosanitarios y aumentan los costos de producción, lo que podría llevar a pérdidas en el sector agrícola. No obstante, muchos cultivos en Colombia podrían beneficiarse de las lluvias, dependiendo de su intensidad.
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