En el creciente mercado de la inteligencia artificial, se está presentando una dualidad, pues, aunque el costo por unidad de procesamiento (token) es cada vez menor gracias a modelos más eficientes, el gasto total para los usuarios y desarrolladores está en aumento. La razón principal es que las aplicaciones más avanzadas consumen una cantidad de tokens exponencialmente mayor.
Según el portal especializado Xataka, la diferencia de precios es notable. Mientras un modelo como GPT-5 tiene un costo de 10 dólares por cada millón de tokens de salida, otros más potentes como Claude Opus 4.1 pueden ascender a 75 dólares por la misma cantidad. Este incremento se debe a que las IAs que realizan tareas de “razonamiento” complejo generan múltiples análisis y teorías internas antes de dar una respuesta final, multiplicando el consumo de tokens.
Esta tendencia sugiere que, si bien la tecnología base se abarata, el acceso a las capacidades más sofisticadas de la IA implicará una mayor inversión. Para mitigar los costos, los expertos recomiendan utilizar modelos menos potentes y más económicos para tareas que no requieran un razonamiento profundo, optimizando así el uso de esta tecnología.
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