Las tiendas de barrio, tradicionales puntos de abastecimiento en muchos vecindarios están en riesgo de desaparecer debido a la competencia de grandes cadenas de supermercados y tiendas de descuento. De acuerdo con la Federación Nacional de Comerciantes (Fenaltiendas), el 25% de estos pequeños negocios podría cerrar en los próximos tres años, afectando tanto a sus propietarios como a la comunidad que los rodea.
El problema radica en que las superficies pueden vender productos a precios más bajos gracias a su capacidad para comprar en grandes volúmenes y negociar mejores condiciones con los proveedores. En contraste, los pequeños tenderos enfrentan costos operativos más altos, impuestos y regulaciones que dificultan su competitividad. A pesar de estos desafíos, las tiendas de barrio siguen siendo preferidas por quienes valoran la cercanía, el servicio personalizado y la disponibilidad de ciertos productos que no se encuentran en las grandes cadenas.
De acuerdo con Canal Capital, la situación refleja un problema más amplio en el comercio local, donde la globalización y la modernización ponen en desventaja a los pequeños empresarios. En este contexto, la incertidumbre sobre el futuro de estos negocios tradicionales persiste.
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