Un equipo de científicos ha desarrollado un método innovador capaz de transformar los residuos agroindustriales del tomate, incluyendo cáscaras, semillas y frutos dañados, en un combustible sostenible de aviación (SAF) altamente eficiente. Mediante técnicas avanzadas de conversión termoquímica y refinamiento, esta tecnología logra convertir la biomasa vegetal desechada en un carburante con propiedades similares al queroseno, lo que permite su uso directo en los motores de las aeronaves existentes sin necesidad de realizar costosas modificaciones a la infraestructura mecánica actual.
Según Diario del Cauca, este hallazgo representa una solución doblemente efectiva para el medio ambiente, atacando tanto el problema de los desechos agrícolas como el impacto de una industria aérea responsable de entre el 2,0% y el 3,0% de las emisiones globales de dióxido de carbono. El reporte destaca que, a diferencia de otros biocombustibles que requieren cultivos dedicados, este proceso se alinea estrictamente con la economía circular al no competir con la producción de alimentos, valorizando materiales que hoy se consideran basura para reducir la huella de carbono del sector transporte.
Desde la perspectiva económica, la iniciativa abre nuevas oportunidades para las regiones con fuerte vocación agrícola, permitiendo a los productores monetizar sus excedentes y residuos mientras se disminuyen los costos de materia prima para la energía limpia. Aunque el proyecto aún requiere pruebas a gran escala para validar su viabilidad comercial masiva, los resultados preliminares lo posicionan como un candidato esencial en la carrera global hacia la neutralidad de carbono, demostrando que la transición energética puede impulsarse eficazmente desde el campo.
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