El mercado inmobiliario colombiano se aproxima al 2026 bajo una coyuntura económica favorable, caracterizada por un peso fortalecido y la búsqueda de refugios financieros ante una inflación que se mantiene por encima del 5,0%. Este escenario está propiciando una migración estratégica de capitales desde instrumentos bancarios tradicionales hacia activos inmobiliarios digitales, los cuales ofrecen una alternativa más dinámica para proteger el patrimonio y obtener rentabilidades competitivas mediante el uso de tecnología y modelos de inversión fraccionada.
Según La Nota Económica, se proyecta un evento de liquidez para el 2026 con el vencimiento de Certificados de Depósito a Término (CDT) por un valor superior a los $100,0 billones, recursos que podrían redireccionarse masivamente hacia el sector de la construcción y la vivienda. Las estimaciones sugieren que estos flujos de capital podrían acceder a tasas de retorno superiores al 14,0% anual en proyectos inmobiliarios, una cifra atractiva frente a la corrección de tasas en la renta fija.
La transformación del sector se consolida con la digitalización total del ciclo de inversión, integrando herramientas de Inteligencia Artificial para realizar análisis predictivos de precios y demanda con mayor precisión. Esta tendencia no solo optimiza la toma de decisiones para los grandes capitales, sino que democratiza el acceso al mercado mediante tickets de entrada más bajos, permitiendo que un segmento más amplio de la población participe en proyectos de alta calidad y diversifique sus portafolios con respaldo en activos reales.
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