La reciente suspensión de exportaciones de aguacate mexicano a Estados Unidos ha generado un fuerte impacto en la industria, principalmente en Michoacán, el estado líder en producción del llamado “oro verde”. Esta medida fue tomada por el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA) tras un incidente en el que inspectores estadounidenses fueron agredidos en el municipio de Aranza. Como consecuencia, las exportaciones de aguacate fueron temporalmente detenidas desde el 15 de junio de 2024.
Este bloqueo no solo afecta a los productores, sino que también pone en riesgo las ganancias millonarias de la industria, que exporta más de un millón de toneladas al año, con Estados Unidos como principal destino, representando el 81% del mercado. Según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, la suspensión provoca pérdidas diarias estimadas en 7,5 millones de dólares, afectando también la vida útil del aguacate, ya que proviene del final de la cosecha, lo que reduce su tiempo de comercialización.
La suspensión ha generado preocupación en los exportadores, quienes ahora enfrentan sanciones económicas al no poder cumplir con sus contratos. Además, deben seguir pagando a sus trabajadores a pesar de la inactividad. A esto se suman las tensiones en Michoacán, donde recientes protestas de agentes de seguridad complican aún más el panorama.
El gobierno mexicano, encabezado por el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha expresado su confianza en resolver la situación pronto, colaborando con las autoridades estadounidenses para garantizar la seguridad de los inspectores y reactivar las exportaciones. Sin embargo, de prolongarse la suspensión, el sector enfrentará graves consecuencias económicas, no solo por las pérdidas inmediatas, sino por la posibilidad de mermar la confianza en la industria a nivel internacional.
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