El sector agrícola colombiano, fundamental para la producción de alimentos, enfrenta complejos desafíos económicos y sociales derivados de factores climáticos. Las variaciones como lluvias intensas, heladas y sequías prolongadas han llegado a reducir la producción hasta en un 50,0 % en fincas que carecen de acceso a sistemas de riego eficientes.
Según un informe del portal del Colegio de Estudios Superiores de Administración (CESA), a los retos climáticos se suma el incremento en los costos de producción, que presiona la economía de los agricultores. El aumento en los precios de insumos clave como plaguicidas y fertilizantes, junto con los costos de la mano de obra, afecta directamente la rentabilidad de los cultivos en los principales departamentos productores.
Además, la degradación del suelo por el uso excesivo de agroquímicos y prácticas intensivas ha disminuido la fertilidad y la productividad a largo plazo, generando una mayor dependencia de insumos costosos. Desde la perspectiva social, la migración de jóvenes a las ciudades y el envejecimiento de la población rural dificultan la adopción de tecnologías y prácticas innovadoras.
Frente a estos desafíos, el informe propone la implementación de Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN), como la agricultura regenerativa y el uso de abonos orgánicos, para reducir costos y la dependencia de químicos. Sin embargo, se subraya que la transición hacia estos modelos más resilientes requiere de una mayor articulación institucional para garantizar el acceso a financiamiento y apoyo técnico adaptado a las necesidades de los productores rurales.
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