- La estrecha relación entre el Bitcoin y el ciclo económico de EE. UU. podría estar desvirtuando su rol como alternativa segura.
El reciente panorama de políticas arancelarias impulsado por Estados Unidos, especialmente bajo las medidas proteccionistas del presidente Donald Trump hacia economías clave como China, ha generado movimientos significativos en los mercados financieros. La incertidumbre global resultante ha llevado a los inversionistas a migrar hacia activos considerados más seguros, como el oro.
Durante años, el Bitcoin fue catalogado como “el oro digital”. Su naturaleza descentralizada y su carácter digital lo convirtieron en una opción atractiva para quienes buscaban alternativas al sistema financiero tradicional, especialmente para las generaciones jóvenes o los inversionistas con mayor tolerancia al riesgo.
Un activo refugio es aquel que mantiene o incrementa su valor en épocas de incertidumbre. El Bitcoin llegó a responder bien ante ciertas crisis, especialmente cuando los bancos centrales imprimían dinero masivamente o el dólar se depreciaba.
Sin embargo, cabe preguntarse: ¿ha logrado el Bitcoin brindar estabilidad en tiempos de incertidumbre, como lo hace el oro? Con la más reciente escalada arancelaria, sumado a la incertidumbre de una posible recesión mundial, vemos como el Bitcoin cayó junto a otros activos de riesgo como acciones tecnológicas y criptomonedas emergentes.
¿Por qué no funcionó como refugio?
Existen varias razones que explican este comportamiento:
- La alta volatilidad, porque, aunque ofrece retornos atractivos, su comportamiento impredecible lo hace poco confiable como refugio seguro.
- A pesar de su participación global, el Bitcoin sigue fuertemente vinculado a la economía estadounidense y a su sistema financiero, lo que lo hace altamente dependiente de lo que le ocurra a este país.
- La falta de respaldo físico, ya que, a diferencia del oro, el Bitcoin no tiene una reserva tangible ni respaldo institucional.
¿Qué tienen que ver los aranceles con la caída del Bitcoin?
Los aranceles generan incertidumbre económica, y ante este tipo de escenarios, los inversionistas suelen buscar activos confiables, con trayectoria y respaldo institucional. El oro cumple con esas condiciones; el Bitcoin, por ahora, no.
Adicionalmente, las políticas arancelarias tienden a fortalecer el dólar en el corto plazo. Esto reduce el atractivo de otros instrumentos de reserva, como las criptomonedas. Aunque el Bitcoin nació como una alternativa al sistema financiero tradicional, en contextos de tensión económica actúa de manera muy similar a los activos de riesgo.
En consecuencia, el relato del Bitcoin como un refugio seguro sigue en construcción. Su reciente comportamiento sugiere que aún está más cerca del espectro especulativo que del de los activos estables, como el oro.
Para los inversionistas, empresas tecnológicas y agentes del mercado financiero colombiano, entender esta dinámica es clave para evaluar riesgos. La dependencia del Bitcoin respecto al entorno estadounidense podría ser una señal de alerta para quienes aún lo ven como un refugio estable.
Perspectivas futuras
El Bitcoin sigue siendo un activo en proceso de evolución, aunque su respuesta en eventos de crisis ha llegado a ser positivo, su rendimiento ante los cambios económicos actuales, demuestran que aún no ofrece la estabilidad que buscan los inversionistas en momentos de incertidumbre.
Su consolidación dependerá de varios aspectos, entre ellos reducir la dependencia de factores políticos y monetarios de la economía estadounidense.
Los ciclos económicos de la economía colombiana también se ven altamente influenciados por factores externos, por lo que es importante comprender estas tendencias macroeconómicas.
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