El suministro global de caucho natural se ha visto amenazado por la llegada inminente de la enfermedad “Tizón foliar de Sudamérica” a los países productores. Otro factor que ha afectado la producción y el suministro a nivel mundial es el cambio climático que ha causado sequías e inundaciones en los últimos años, especialmente en Tailandia. Los precios internacionales bajos, son otra de las razones de la escasez de caucho natural, ya que la producción no es rentable para los agricultores. Todos estos elementos llevan a que la oferta de caucho natural no se ajuste a la demanda generada por la industria a nivel mundial y por ende haya un déficit en producción.
La pandemia del coronavirus, la caída de los precios internacionales, enfermedades y cambio climático, son algunas de las situaciones que han puesto en riesgo los suministros de caucho natural a nivel mundial y dan indicios de que este material está escaseando.
El caucho natural es un recurso crucial para muchas industrias por sus amplias propiedades: desde fuerza y flexibilidad hasta impermeabilidad. Es utilizado en la fabricación de llantas para vehículos, suelas de zapatos, aislamiento de cables y componentes eléctricos, juntas de motores y refrigeradores, ropa y equipos de protección para personal médico, tan demandado en medio de la pandemia. De hecho, la Unión Europea lo tiene incluido en la lista de materias primas cruciales o fundamentales.
El suministro global de caucho es de aproximadamente 20 millones de toneladas al año, y es aprovisionado principalmente por Tailandia, Indonesia, China y África Occidental a través de pequeños agricultores que producen y proporcionan cerca del 85% del caucho natural al mundo.
Sin embargo, esta cadena de abastecimiento se ha visto amenazada por la llegada inminente de la enfermedad “Tizón foliar de Sudamérica” a estos países, el cual acabó con la industria del caucho en la década de 1930 en Brasil, de donde es originario. Mientras que, en otros países, los cultivos de caucho están enfrentando otros tipos de tizones naturales de otras plantaciones como la palma de aceite, además de enfermedades locales como la pudrición blanca de la raíz.
Otra de las razones, que ha afectado la producción y el suministro a nivel mundial, es el cambio climático, causando sequías e inundaciones en los últimos años en Tailandia, esparciendo de esta forma los microorganismos que causan las enfermedades a otras regiones con cultivos de caucho.
Los precios internacionales son otra de las razones de la escasez de caucho, la demanda creciente como consecuencia de la reapertura de las actividades productivas tras la pandemia del covid-19 y la escasez de suministro deberían ser noticias buenas para los agricultores, sin embargo, los precios no les han favorecido, ya que estos se fijan en el Mercado de Futuros de Shanghái, por medio de especulaciones junto a minerales como el oro, el aluminio, entre otros. Debido a esto, el precio no está relacionado con los costos de producción, por lo que fluctúa hasta tres veces de un período a otro y en los últimos años se ha mantenido muy por debajo de los costos.
Bajo este panorama, la producción de caucho natural por medio de cultivos no es rentable para los agricultores, situación que compromete aún más el suministro de este material para la industria en los próximos años; y es que muchos cultivadores han optado por aprovechar en exceso a los árboles con el fin de obtener mayor producción o sustituir algunas plantaciones cuando llegan a su vida útil comercial por las de palma de aceite, ya que esta genera el mismo rendimiento por unidad de tierra, pero con menor mano de obra.
Finalmente, todos estos elementos llevan a que la oferta de caucho natural no se ajuste a la demanda generada por la industria a nivel mundial. En un primer momento la demanda se redujo cuando iniciaron las cuarentenas, no obstante, poco después la demanda se recuperó y sobrepasó las proyecciones que tenía el Consejo Internacional Tripartito de Caucho, antes de iniciar la pandemia, sobre el déficit en la oferta de 7% para 2020.
Y en la medida que se fueron flexibilizando las restricciones, la demanda fue aumentando en países como China, donde los ciudadanos compraron más vehículos por temor a contagiarse, solicitando más suministro de llantas para abastecer la producción de carros. Se esperan tendencias similares en el resto de los países y para las demás industrias que utilizan esta materia prima.