El Magdalena Medio es un extenso valle interandino que se ubica en la parte central de Colombia, formado por el río Magdalena entre los rápidos circundantes con la ciudad tolimense de Honda y la entrada del río a las llanuras costeras del Mar Caribe. La Troncal del Magdalena, una carretera principal colombiana, cruza la región de sur a norte.
Debido a la baja relevancia del Río Magdalena en el escenario económico actual, esta región ha quedado relevada. Hoy en día muchos de los municipios han perdido protagonismo.
En el transporte fluvial se destacan actividades como la minería: la explotación carbonífera y la extracción de calizas, calcáreos, cuarzo y mármoles. Mientras que en la zona norte del país abundan los cultivos de palma de aceite. El turismo también ha ganado protagonismo durante los últimos años, por la cercanía al valle del río Magdalena.
Producción acuícola: las condiciones geográficas de los municipios le permiten explorar desarrollos de unidades productivas especializadas en la producción acuícola y en la tecnificación de la actividad, con miras a realizar una producción extensiva.
Turismo: Las condiciones geográficas y la riqueza hídrica de la zona la hace llamativa para un nicho de mercado que no encuentra una buena oferta turística. El desarrollo de nuevos proyectos de turismo consolidados en los departamentos, en los cuales se evidencie un modelo de negocio sostenido, son una oportunidad a explorar en los municipios, donde aún esta industria es incipiente. Existen sistemas estratégicos como parques naturales que cobran importancia en la agenda del gobierno y que abren la puerta a un conjunto de agentes oferentes de turismo que pueden desarrollarse allí.
Industria manufacturera y comercio al por mayor: en municipios como Puerto Boyacá suelen identificarse por microempresas de carácter familiar, en las cuales productores de jabones, blanqueadores, traperos, aromatizantes y demás hacen parte del escenario económico local. Así mismo, se destacan la confección de prendas y calzado. Todas estas compañías generan oportunidades en el desarrollo productivo y la consolidación de cadenas tecnificadas de producción y comercialización.
En este último aspecto, la comercialización que se genera en el municipio da cabida a la informalidad, y en su mayoría en los cascos rurales la comercialización es nula. Esto también representa oportunidades a explorar, en actividades de soporte y de formalización.
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