La búsqueda de oportunidades comerciales entre las diversas naciones en un contexto regulado y en la cual cada país desea hallar la mayor ventaja posible en las transacciones de bienes y servicios, ha dado origen a una serie de acuerdos que buscan facilitar dichos intercambios. Entre estos acuerdos destacan los Tratados de Libre Comercio –TLCs- y otra serie de pactos y ordenamientos comerciales que en su conjunto hacen parte de un modelo Neoliberal impulsado por el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan y la primera ministra británica Margaret Thatcher y el cual se enmarca bajo el nombre de apertura económica.
Con el aval de la Constitución Política de 1991, Colombia ha llevado a cabo una serie de acuerdos, pactos y TLCs entre los cuales se destacan: el celebrado con México y Venezuela el 13 de junio de 1994 con vigencia desde enero de 1995 y modificado en el 2006 cuando Venezuela decidió retirarse obligando a las dos naciones restantes a prescribir un nuevo tratado que rige desde el 2 de agosto de 2011. Después, con la misma Venezuela se celebraría el acuerdo de alcance parcial y netamente comercial el 28 de noviembre de 2011, con vigencia desde abril de 2012.
De igual forma, se celebró el 27 de noviembre del 2006 el TLC con Chile con vigencia desde el 2009; el 21 de febrero del 2013 el Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur y el 20 de septiembre del mismo año el tratado con Panamá. Se suscribieron también, acuerdos comerciales con la Unión Europea y con otras comunidades como ocurrió con los países de EFTA. Sin embargo, el más determinante fue el TLC con Estados Unidos firmado el 21 de octubre del 2011 con vigencia desde 12 de mayo de 2012. Momento histórico dado el impacto que se genera en la economía nacional por el alto volumen comercial que se da entre los dos países.
Esta serie de tratados y acuerdos han, de alguna forma, transformado el panorama de la economía nacional y hasta el momento, no ha sido del todo favorable, nada nuevo si se tiene en cuenta las condiciones en las que se encontraba el país al momento de realizar los acuerdos. Por ejemplo, la infraestructura del país no era la adecuada para competir con otras naciones que poseen mayores avances y capacidades en muchos sectores, entre los cuales se pueden nombrar: el transporte. Sector que en Colombia apenas está ingresando a la etapa de acondicionamiento como lo evidencian lo megaproyectos viales de cuarta y quinta generación, los cuales plantean una alternativa para mejorar la competitividad, disminuyendo costos y distancias desde los puntos de manufacturación hasta las zonas de exportación.
Un segundo sector, también perjudicado con la apertura económica es el agropecuario, dentro de este, algunas ramas han salido más afectados que otras; como es el caso de la industria lechera, para el cual el gobierno ha destinado un subsidio que busca acolchonar parte de los costos que asumen los empresarios ante la sobreoferta nacional, una opción nociva cuando el problema radica en la falta de tecnificación dentro del rublo. Para la muestra, se tiene que un litro de leche en promedio cuesta en Colombia US$50 centavos, mientras en Nueva Zelanda, Argentina o Uruguay tiene un costo promedio de US$35 centavos. Otros cultivos como el arroz, el banano, el maíz, la caña de azúcar, la soya, el algodón y la papa han presentado un alto costo en términos de aseguramiento, principalmente por cuestiones climáticas.
Por último, tenemos otros elementos de comportamiento que no han favorecido a la economía colombiana, el bajo precio del petróleo, la reglamentación sobre el uso de transgénicos que no se adaptan muy bien a la geografía nacional y a sus diversos climas, la baja productividad, los fenómenos climáticos y el conflicto interno, son apenas algunos aspectos que no favorecen y por el contrario entorpecen y profundizan los efectos de los TLCs y de paso coloca en apuros al Gobierno Nacional y a los mismos productores quienes han disminuido sus expectativas de comercio exterior como lo manifiesta el decrecimiento en las exportaciones para el año 2014 mostrado en la siguiente gráfica.
Fuente: Datos tomados del DANE. Elaboración de sectorial.