Hugo Boss es una de las marcas de moda de lujo más representativas a nivel mundial. La compañía, junto a sus subsidiarias, fabrica y comercializa prendas y accesorios tanto para hombres y mujeres bajo los referentes BOSS, BOSS Orange, BOSS Green y HUGO. Sus ventas ascienden a los EUR 2,6 billones, cuenta con 1.041 tiendas y emplea a 12.990 personas. Pese a estos favorables resultados, su origen es oscuro al evidenciarse prácticas de esclavitud y apoyo al movimiento Nazi.
En 1923 en Metizingen, Alemania, Hugo Ferdinand Boss abrió un pequeño taller atelier; sin embargo, el negocio de sastrería no dio los resultados esperados debido a los altos impuestos que tenía el país y la profunda crisis que sufría por los estragos de la Primera Guerra Mundial, lo que llevó a Boss a declararse en bancarrota y tras un acuerdo con sus acreedores pudo mantener seis máquinas de coser e ir sobrellevando el negocio.
Hacia 1931 toda Alemania se dejaba seducir por el discurso nacionalista de Adolf Hitler, entre la multitud encantada se encontraba Boss, quien se afilió al partido Nazi e identificó que el futuro de su negocio radicaba en vestir las tropas de Hitler.
Diez años después, Hugo Boss era una empresa próspera convirtiéndose en el principal proveedor de uniformes de la SS y su estrategia de mercadeo se regía por anuncios en toda Alemania que decían: “Uniformes de las SS, las SA y las HJ. Ropa de trabajo, de deporte y de lluvia. La hacemos nosotros mismos, con buena y reconocida calidad y a buenos precios. Boss. Ropa mecánica y de trabajo, en Metzingen. Firma homologada por las SA y las SS. Uniformes con la licencia del Reich”.
El libro “Hugo Boss, 1924 – 1945” del historiador Roman Köster señala que durante la Segunda Guerra Mundial, Boss mantuvo esclavizados en su fábrica de Metizingen a 180 prisioneros de guerra, quienes vivían en pésimas condiciones, donde la higiene y los alimentos eran escasos y el ritmo de trabajo imparable.
Köster sostiene que los documentos investigados demuestran que el fundador de Hugo Boss era un nazi convencido. “No sólo apoyó el partido ya que obtuvo diversos contratos para la producción de uniformes militares, sino que estaba totalmente integrado en el movimiento político”.
Después del final de la Segunda Guerra Mundial, Hugo Ferdinand Boss fue procesado y multado con 80.000 marcos al ser beneficiario del gobierno Nazi y al ser su empresa importante dentro del entramado económico de Hitler.
En 1948 el fundador de la firma falleció y sus herederos continuaron al frente del negocio, comenzando la fabricación de prendas para civiles y manteniendo el desarrollo de un negocio prolífico. Para 1991, la compañía fue adquirida por el consorcio italiano Marzotto, expandiendo sus marcas y presencia en otros países. En el año 2011 la compañía pidió excusas al mundo a través de su página web por las prácticas desarrolladas por su fundador en un intento de “salvaguardar la empresa”.
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