En la actualidad, la preocupación por la innovación y el desarrollo tecnológico es un común denominador para las empresas, especialmente por la creencia, fundamentada o no, de que las organizaciones que no transformen la forma de satisfacer las necesidades de los consumidores estarán condenadas a desaparecer. Esto sucede porque la revolución digital y el ingreso de nuevas tecnologías ha cambiado la forma de interactuar con el entorno y las personas. En este sentido, se genera presión sobre las compañías, que, ante una avalancha de nuevos desarrollos, salen al mercado diariamente y no saben a qué tecnologías apostarle, abrumándose por la infinidad de alternativas, tendencias y expectativas.
En este escenario, es tan peligroso quedarse paralizado y no implementar políticas de innovación, como adoptar cada tecnología que sale al mercado sin realizar una evaluación cuidadosa del impacto real en los objetivos estratégicos de la compañía. Para evitar caer en cualquiera de los dos extremos, las organizaciones están llamadas a construir una estrategia de innovación con criterios y políticas claras, de forma que sea posible determinar adecuadamente qué iniciativas se deben implementar y cuáles se deben descartar. Así, el primer reto para las compañías es definir los asuntos claves dentro de una estrategia de innovación.
Por su parte, otra alternativa que emplean hoy las organizaciones con ADN innovador para estructurar sus estrategias de innovación consiste en plantearse las siguientes preguntas: ¿qué tendencias están direccionando el desarrollo del mundo? ¿A qué nichos le apuntan esas tendencias? ¿Qué necesidades tienen los clientes? y ¿cómo al interior de la organización se va a atacar esto? Luego, los puntos donde se interceptan las respuestas de estos interrogantes, definen los temas puntuales a los que le debe apostar la empresa en materia de innovación.
Retomando el texto de Pisano, una estrategia de innovación bien definida y difundida evita que las diferentes áreas de la organización le apuesten a múltiples prioridades, y en su construcción son claves los insumos de las áreas comerciales y de marketing. Para Pisano: “los representantes de ventas escuchan diariamente sobre las necesidades apremiantes de los mayores clientes. El marketing puede ver oportunidades para aprovechar la marca a través de productos complementarios o para ampliar la participación de mercado a través de nuevos canales de distribución”. Adicionalmente, las áreas de investigación y desarrollo pueden aportar ideas sobre las nuevas tecnologías que se han desplegado en el mundo.
En relación a las opciones para aprovechar las oportunidades de las tendencias globales con nuevos productos y soluciones, se puede recurrir a las herramientas que ofrece la innovación abierta. Una de las alternativas es la de las plataformas de retos de innovación, a través de las cuales se conectan empresas con innovadores de todas las regiones del mundo, quienes están dispuestos a solucionar los desafíos propuestos por las compañías para acceder a incentivos económicos o de participación, con lo cual se mejorará la satisfacción del cliente y se generará valor para la organización.