El optimismo cauteloso ha sido el eje del crecimiento económico global, inducido principalmente por Estados Unidos que iría en contra de la expansión de la globalización y a favor de un renovado proteccionismo de las economías.
Los efectos llevarán a un mundo que crezca al 2,8 % este año y un 3 % para el siguiente. EEUU y las economías avanzadas apenas lo harán entre un 1,4 % y 1,8 % en 2025; la zona Euro sólo logrará un 0,6 %, e incluso China perderá ritmo, expandiéndose al 4 %. Los más destacados serán India por encima del 6,2 % y las economías emergentes asiáticas superando el 4,5 %.
En nuestra región, el débil crecimiento económico coincide con un abundante suministro de petróleo global que hará que los precios de las materias primas caigan, haciendo que las naciones con matrices productivas poco desarrolladas se vean gravemente afectadas. A esto, súmale el retiro de la inversión de EEUU en Latinoamérica a través del programa USAID, que anualmente a Colombia le generaba hasta USD 450 millones anualmente.
En resumen, Latinoamérica tendrá problemas en atraer inversión, mayor endeudamiento, y más incertidumbre por lo que va ocurriendo en el mercado global. A lo que le debes agregar factores sociales de vieja data que se han agudizado en los últimos años; limitando posibles aumentos en la productividad de las economías; algunos de estos son la existencia de crimen organizado, desigualdad social, pobreza monetaria y deficiencias estructurales en los mercados laborales.
La proyección de crecimiento en la región será del 2 % en 2025 y 2,4 % en 2026. Los mejores ritmos estarán en Argentina, saliendo de recesión y con una expansión en 2025 del 5,5 % y Perú con un 2,8 %. En Colombia, se estima este año un crecimiento del 2,4 % y para 2026 un 2,6 %, nuestro país tiene un efecto adicional y es el entorno fiscal problemático.
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