El cuidado del medio ambiente es una tendencia que cada vez cobra más vigencia, la generación de una mayor conciencia ambiental y del cuidado de los recursos naturales han llevado a generar políticas de preservación en el ámbito empresarial.
La Responsabilidad Social Empresarial (RSE), se constituye como una herramienta clave en la gestión de las empresas, pues el entorno demanda un comportamiento responsable desde el punto de vista económico, social y ambiental. Algunos de los temas que involucra la RSE son: inclusión social, diversidad, mujer, pobreza, derechos humanos, empresa responsable, códigos éticos, valores, emprendimiento, consumo responsable, innovación social; entre otros.
Una de las formas más conocidas de la RSE es el tema ambiental, que ante la integración de conceptos de sostenibilidad y economía ha venido ganando peso. El crecimiento desmedido de la productividad y el consumo en el planeta que ha llevado a una explotación irresponsable de los recursos naturales, son las grandes problemáticas que han generado una mayor apropiación y gestión del concepto.
Más allá de la ley, la RSE es un valor diferenciador que deben desarrollar las empresas. Para estas medidas, no existe un marco regulatorio, pero sí existe una licencia social que es otorgada bajo el principio de que las leyes son una consecuencia de las prácticas socialmente aceptadas. Además existen políticas públicas que exigen estándares de cumplimiento como ley de cuotas, de minorías e inclusión.
En el tema de Responsabilidad Ambiental, de acuerdo con el informe “Visión 2050” del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, los directivos de las empresas deben buscar un modelo de crecimiento económico basado en el uso equilibrado de los recursos naturales y el reciclaje de materias reutilizables. La RSE aborda iniciativas y buenas prácticas en gestión ambiental, ecoeficencia, reciclaje y programas posconsumo, construcción sostenible, protección de la biodiversidad, reducción y mitigación de la contaminación (medición de la huella de carbono), restauración de hábitats naturales y políticas de adaptación al cambio climático.
Según Antonio Vives, experto mundial en materia de sostenibilidad, la RSE es, además de un concepto, una estrategia de negocios. Implementarlo no significa “hacer buenas cosas para quedar bien”, sino gestionar todos los impactos que genera en la sociedad la operación de una organización. “La empresa no solo puede y debe disminuir sus impactos negativos, sino considerar el papel que cumplirá en su entorno a largo plazo”
Para Vives la versión popularizada y perniciosa de que “la empresa debe hacer cosas en beneficio de la sociedad voluntariamente, más allá del cumplimiento con la legislación vigente; ha llevado a las compañías a tener una visión fragmentada y miope de su papel ante la sociedad de no hacer el mal y realizar algunas buenas cositas para mejorar su imagen”. Esto ha derivado en el énfasis en muchas empresas de pretender descargar esa responsabilidad a través de la filantropía, comprando indulgencias por sus pecados a través de donaciones muchas veces sin relación alguna con la actividad de la empresa.
“La responsabilidad de la empresa ante la sociedad debe ser una estrategia superior, de mayor nivel, que incluye a todas estas variantes. Es un modelo de negocio”, afirma Vives.
En Colombia, la más reciente encuesta de RSE realizada por la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI) durante 2012 y 2013 a 296 presidentes y personas encargadas del área de Responsabilidad Social de Empresas de todos los sectores, el 77,7% de las compañías cuentan con una política de RSE y el 66% tiene un cargo o área específica para desarrollar tales acciones.
El compromiso ambiental en las empresas consiste en tener claro que cada acción tiene un impacto, y que no se pueden esperar mayores desastres naturales o crisis económicas generadas por ambiciones individuales, para implementar estrategias responsables con el entorno y la sociedad.
*Artículo desarrollado con información de Huella Social, publicación de El Tiempo.