El 26 de enero, el embajador de la Federación Rusa ante la ONU, Vasily Nebenzya, pronunció un discurso en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la crisis en Venezuela. En su intervención, el diplomático rechazó enfáticamente cualquier injerencia extranjera en la nación suramericana, subrayando que su país no tolerará la interferencia de ninguna potencia en la autodeterminación de los pueblos.
Contradicciones en la Política Rusa
Esta declaración es curiosa, considerando que Rusia ha apoyado la separación de una región de Ucrania y reconoce su soberanía, mientras apoya a otras minorías de habla rusa en sus esfuerzos de independencia. Según Moscú, estas acciones buscan proteger a comunidades históricamente ligadas al pueblo ruso. Sin embargo, desde Occidente, especialmente desde la Unión Europea, se perciben como intentos de Rusia de incrementar su influencia en la región.
Ucrania: Un Punto de Seguridad para Rusia
Para Rusia, Ucrania es parte de su cinturón de seguridad frente a Occidente, específicamente frente a la influencia de la Unión Europea. Cuando Ucrania estaba a punto de adherirse a la comunidad de países europeos, Rusia actuó para evitar que su cinturón de seguridad se estrechara más y tuviera que compartir otra frontera con los europeos. En respuesta, la Unión Europea y Estados Unidos realizaron maniobras militares en el Mar Negro a través de la OTAN, limitando el acceso de Rusia al Mediterráneo.
Venezuela: Un Aliado Estratégico en América Latina
Por otro lado, el gobierno venezolano ha mantenido un discurso contra Estados Unidos y ha estrechado lazos con sus rivales. Ha establecido tratos comerciales con China y Cuba y ha adquirido armas de alta tecnología de Rusia. En Washington, esto es visto como una intromisión en el hemisferio, escalando la tensión entre Venezuela y Estados Unidos.
Posibles Desenlaces
1. Caída de Nicolás Maduro
El escenario más favorable para Estados Unidos sería la caída de Nicolás Maduro y la ascensión de un gobierno alineado con sus políticas. Esto aumentaría su influencia en Latinoamérica, la cual ha disminuido desde la llegada de Trump, y limitaría los aliados de Rusia. Sin embargo, la interferencia de China, que ha prestado cuantiosos recursos a Venezuela a ser pagados con petróleo, complicaría este escenario.
2. Reconocimiento Mutuo y Nuevas Elecciones
Otra salida podría ser el reconocimiento mutuo de la separación ucraniana y la convocatoria de nuevas elecciones en Venezuela. Esto beneficiaría a ambas potencias al recuperar sus áreas de influencia. No obstante, si Estados Unidos reconoce a los independentistas ucranianos, perdería credibilidad y apoyo de la UE, contribuyendo al nacimiento de un estado títere en sus fronteras y potencialmente generando conflictos en Europa del Este.
3. Mantenimiento de Maduro en el Poder
El último escenario, menos probable, es que Maduro logre mantenerse en el poder a largo plazo. En este caso, Rusia mantendría un aliado estratégico en el área de influencia de Estados Unidos, mientras la administración Trump sufriría otro revés. La UE no intervendría demasiado, ya que sus preocupaciones se centran más en Europa Oriental.
La situación geopolítica de Ucrania y Venezuela sigue siendo compleja y sin una solución clara a la vista. Las decisiones que tomen las potencias involucradas tendrán repercusiones significativas en la estabilidad regional y global.