En cuestión de días, Gustavo Petro lanzó dos de los anuncios más controvertidos de su presidencia. Primero, ordenó la ruptura de las relaciones diplomáticas con Israel y declaró el fin del tratado de libre comercio que une a ambos países. Y al mismo tiempo, sorprendió a empresas y analistas al prometer que revisará el tratado de libre comercio firmado con Estados Unidos en 2012. Incluso amenazó con terminarlo si no se incluyen unas cláusulas ambientales que quisiera implementar.
De manera, que se trata de anuncios muy polémicos. Por un lado, Israel había sido hasta hace poco un socio estratégico con el que Colombia mantenía cooperación militar y comercial. Así que la expulsión de toda la delegación diplomática israelí en Bogotá, sumado al anuncio del fin del acuerdo comercial, no es un evento menor y marca una ruptura inédita en la historia reciente. Por otro lado, está Estados Unidos, el principal socio comercial de Colombia. Destino de casi un tercio de las exportaciones y fuente de miles de millones de dólares en inversión extranjera directa y en remesas. Por eso, revisar o amenazar con imponer un tratado de libre comercio que está vigente desde 2012, genera incertidumbre alrededor de un acuerdo que ha permitido que productos como el café, el banano, flores e hidrocarburos, entren sin arancel al mercado más grande del mundo.
De forma que la pregunta es si ¿terminará aislando Petro a Colombia por defender sus principios éticos y ambientales?