La venta de apartamentos y casas nuevas se ha convertido en un reto para los constructores, debido a las finanzas ajustadas de los hogares y los altos precios de los inmuebles. Según la Cámara Colombiana de Construcción (Camacol), el tiempo de rotación de inventario ha aumentado significativamente, reflejando la crisis y coyuntura del sector.
Mientras en 2021 se tardaba 6,3 meses en vender una Vivienda de Interés Social (VIS) y 12,2 meses una No VIS, en 2022 estas cifras mejoraron levemente. Sin embargo, en mayo de 2024, los tiempos de venta se dispararon a 14,5 meses para VIS y 19,7 meses para No VIS. Guillermo Herrera, presidente de Camacol, atribuye este aumento a la reducción del interés de los compradores y el ritmo lento de las ventas, que han caído un 14% en los primeros cinco meses del año.
Edwin Chiriví, gerente de Camacol Bogotá y Cundinamarca, destaca que factores como el aumento de las tasas de interés, la alta inflación y los altos costos de oportunidad afectan negativamente al mercado. La incertidumbre política, la falta de educación financiera y el alza de precios de la VIS, ligada a salarios mínimos, también juegan un papel importante.
La situación ha llevado a mayores tiempos de comercialización y una reducción en los nuevos lanzamientos de viviendas. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el empleo en el sector de la construcción de vivienda cayó un 10,7% en abril de 2024 comparado con el mismo mes del año anterior.
No obstante, hay señales positivas. La banca ha comenzado a reducir las tasas de interés, y se espera que esto reactive la demanda de vivienda.
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