El crecimiento del gaming en América Latina ha sido relevante en los últimos años, convirtiéndose en una industria cada vez más influyente y lucrativa. Un reciente análisis de Statista revela que la región ha experimentado un auge, superando los 260 millones de jugadores en 2022 y generando una facturación cercana a los 6.000 millones de dólares.
Este crecimiento se atribuye en parte al mayor acceso a internet en la región, lo que ha llevado a un aumento en las compras en línea y microtransacciones dentro de los juegos. México y Brasil lideran este panorama, con México destacando como el líder en consumo y desarrollo de contenido propio.
Los jugadores latinoamericanos se dividen en cuatro categorías según EssenceMediacom: Hardcore Gamer, Mid-Core Gamer, Casual Gamer y Viewer. Estos jugadores tienen preferencias y comportamientos diversos, desde los apasionados jugadores dedicados a los desafíos competitivos hasta aquellos que disfrutan de juegos más sencillos en dispositivos móviles.
Los dispositivos móviles han ganado popularidad como plataforma de juego preferida en la región, gracias a la disponibilidad de juegos gratuitos y la conveniencia de jugar en cualquier momento y lugar. Según Statista, cerca del 70% de los adultos en los principales países latinoamericanos juegan en sus móviles.
Además, los creadores de contenido en plataformas como Twitch, YouTube y Facebook Live están teniendo un impacto significativo en la industria. La audiencia sigue a estos streamers para ver cómo prueban nuevos juegos y participan en eventos de eSports, que se espera que atraigan a más de 120 millones de espectadores anuales en 2024 solo en Latinoamérica.
El gaming en América Latina ha evolucionado de ser un simple pasatiempo a una industria en constante crecimiento, con una amplia diversidad de jugadores y una creciente influencia en la cultura digital.
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