La Superintendencia Nacional de Salud ha calificado la deuda con los prestadores de servicios como una debilidad sistémica del actual modelo de aseguramiento, evidenciando una crisis de flujo de recursos que afecta directamente a hospitales y clínicas. Las cifras revelan una concentración de la deuda en un grupo de EPS que aglutina a la mayoría de los afiliados del país.
Según el Superintendente de Salud, Giovanny Rubiano García, la deuda reportada por 28 Entidades Promotoras de Salud (EPS) a la Supersalud, con corte a junio, se estima en alrededor de $12,8 billones. Esta cifra corresponde únicamente a las obligaciones ya facturadas y reconocidas por las EPS, y no incluye los datos de la Nueva EPS, que es señalada como el principal deudor y pagador del sistema. El superintendente destacó que existe una diferencia histórica entre las deudas que reportan las EPS y las cuentas por cobrar que registran las IPS.
El informe de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC) señala que las deudas se concentran en once EPS que están bajo alguna medida de la Superintendencia. Estas entidades agrupan al 60% de la población afiliada al sistema de salud y presentan incumplimientos en indicadores financieros clave, como el respaldo de las reservas técnicas. En el caso particular de la Nueva EPS, la Supersalud ha insistido en la necesidad de avanzar en la revisión de más de $11 billones en anticipos que corresponden a servicios ya prestados y pagados, pero que están pendientes por aplicar contablemente.
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