En la actualidad, varios líderes de América Latina enfrentan altos niveles de desaprobación. Entre ellos se destacan Lula da Silva de Brasil, Luis Arce de Bolivia, Gustavo Petro de Colombia, Gabriel Boric de Chile, y Dina Boluarte de Perú. En su mayoría, estos presidentes han visto un aumento en su desaprobación en los últimos meses, reflejando desafíos significativos en sus respectivos países.
Lula da Silva de Brasil
Desde que asumió su tercer mandato, Lula da Silva ha enfrentado una creciente oposición en Brasil. Los principales factores que contribuyen a su desaprobación incluyen las preocupaciones económicas, la inflación, y la percepción de corrupción en su gobierno. A pesar de sus esfuerzos por implementar políticas sociales, muchos ciudadanos siguen siendo críticos con su gestión.
Luis Arce de Bolivia
El presidente Luis Arce también enfrenta altos niveles de desaprobación. La situación económica de Bolivia, junto con la percepción de falta de transparencia y conflictos internos en el Movimiento al Socialismo (MAS), han contribuido a su imagen negativa. Los desafíos en la gestión de recursos naturales y las tensiones políticas continúan afectando su popularidad.
Gustavo Petro de Colombia
En Colombia, Gustavo Petro ha visto un aumento en su desaprobación desde su elección. Las controversias en torno a sus políticas de seguridad, la implementación de reformas económicas, y el manejo de las relaciones internacionales han generado críticas tanto a nivel nacional como internacional. La inseguridad y las protestas sociales también han influido en la percepción pública de su liderazgo.
Gabriel Boric de Chile
El presidente Gabriel Boric enfrenta desafíos significativos en Chile. A pesar de sus esfuerzos por promover reformas progresistas, su administración ha sido criticada por la falta de resultados concretos y la incapacidad para abordar la creciente desigualdad y la inseguridad. Estas preocupaciones han llevado a un aumento en su desaprobación entre los ciudadanos chilenos.
Dina Boluarte de Perú
Dina Boluarte, quien asumió la presidencia tras la destitución de su predecesor, ha tenido dificultades para consolidar su liderazgo en Perú. La inestabilidad política y las tensiones con el Congreso han generado un clima de incertidumbre. Además, las críticas por su manejo de la economía y la falta de consenso en torno a sus políticas han contribuido a su alta desaprobación.