La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja limitar el consumo del aceite de palma por contener cerca de un 50% de ácidos grasos saturados que en exceso pueden producir obesidad, daños hepáticos, enfermedades cardiovasculares, entre otras. Por ello, las cadenas de distribución de España pidieron a sus proveedores dejar de usar este producto y en caso de que no sea viable la suspensión, se debe usar únicamente con certificado de sostenibilidad.
El problema radica en que en muchos casos no se puede sustituir este aceite sin alterar las condiciones de los productos, ya que es un ingrediente vegetal utilizado con otros aceites, alargando la vida útil del producto, que es utilizado generalmente en la industria cosmética y alimentaria.
La producción de aceite de palma se concentra en países tropicales sobre todo Malasia e Indonesia. Colombia también es un gran productor según las cifras del Instituto Colombiano Agropecuario.
Una de las empresas líderes del sector de la distribución en Valencia afirmó: “Los interproveedores y proveedores de Mercadona llevan tiempo realizando movimientos para sustituir, cuando es posible, el aceite de palma y otras grasas trans en sus productos y van a continuar avanzando en esta línea”.