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El pasado 30 de mayo, el presidente de Estados Unidos anunció la imposición de un arancel general del 5% a México como sanción por inmigración irregular. Este gravamen será aplicado a todos los productos a partir del 10 de junio e irá incrementando gradualmente hasta llegar al 25% (a 15% el 1 de agosto, 20% el 1 de septiembre y 25% el 1 de octubre).
Esta medida representa un duro golpe para el sector automotriz en México, pues el país es sede de diseño, producción y ensamble de compañías como General Motors, Audi, Nissan, Honda, Mazda, KIA y BMW. El sector ya venía presentando resultados negativos, casi todas las plantas automotrices del país redujeron sus ventas en abril; Audi -8.2%, FCA México -15.2%, Ford -7.8%, General Motors -14.6%, Honda -18.5%, KIA -1.0%, Toyota -15.4% y Volkswagen -9%. Además, Nissan tuvo una caída en la fabricación del -10.4% y Mazda también bajó su producción el 45.1%.
Por su parte, los mercados de valores tienen resentidas las acciones de las empresas. El 31 de mayo las acciones en Mazda y Kia cayeron más de un 6%, mientras que las de Toyota, Honda, Nissan y Hyundai cayeron alrededor de un 3%. Además, esta amenaza hizo que el peso mexicano cayera cerca de un 2%.