El 22 de noviembre fue aprobada la destitución de Carlos Ghosn como presidente de Nissan, por parte del consejo de administración, luego de su arresto el 19 de noviembre por no declarar ingresos por $38 millones de euros. A uno de los representantes y consejeros de Renault, Greg Kelly, que también se encuentra en arresto, se le dio por terminado su ciclo en la compañía.
Nissan explicó en un informe a la Bolsa de Tokio, que “el cese de Ghosn responde a las irregularidades halladas en una investigación interna, entre ellas la de notificar durante varios años en el informe anual de la empresa una retribución inferior a la real y la de gastar dinero de la empresa en aspectos personales recurriendo a pretextos”.
Ghosn fue el artífice de la unión entre Renault-Nissan-Mitsubishi, sin embargo, sus acciones han puesto en duda dicha alianza. De acuerdo con el Financial Times “Nissan quiere ganar peso frente a Renault y, para ello, aprovechará el vacío de poder provocado por la detención del directivo”, ganando influencia en la alianza:
Renault tiene el 43% de Nissan.
Nissan tiene el 15% de Renault.
Nissan tiene el 34% de Mitsubishi.
Cuando fue detenido, Ghosn estaba negociando en Japón una posible fusión entre Renault y Nissan, proyecto que quedó suspendido dada la situación.