Con los últimos datos publicados por las diferentes entidades estadísticas y económicas se confirma el difícil momento que atraviesa la actividad de construcción inmobiliaria, debido principalmente a la menor demanda de bienes inmuebles, lo cual, en conjunto con las diferentes variables que afectan el nivel de consumo de los hogares, ha impactado los diferentes segmentos que componen al sector.
Fuente: Pixabay
A un lado parecen quedar los impulsos del Gobierno Nacional al sector edificador. Pese a que se anuncian nuevos apoyos con el fin de incrementar la demanda de vivienda y la reducción de tasas por parte de las entidades financieras, el contexto económico que rodea el país disminuye la intención de compra o demanda de los hogares colombianos, afectando cada uno de los rubros del sector.
El panorama de la construcción durante el primer trimestre del año fue desalentador. Tan solo en marzo se logró crecimiento en la actividad. La construcción de edificaciones decreció 7,1% anual, el dato más bajo desde el tercer trimestre de 2015, cuando cayó 8%, situación que continúa con la tendencia de desaceleración que se evidencia desde el año anterior. Programas como Mi Casa Ya han sido el sostén de la actividad en el último año. Sin embargo, las condiciones económicas actuales limitan y perjudican la demanda de bienes inmuebles.
Los datos recientes de los precios de la vivienda nueva muestran el impacto de la menor demanda de inmuebles sobre éstos, obteniendo por segundo trimestre consecutivo una desaceleración en el incremento del valor de las viviendas. Ciudades como Pasto, con 12,73%, seguida de Popayán, 11,72%, Pereira, con un aumento de 11,69%, y Armenia, 11,49%, lideran la lista de capitales donde más ha incrementado el precio de la vivienda.
La estrategia de política monetaria llevada a cabo por el Banco de la República durante el 2016 desenlazó en un incremento generalizado de las tasas de créditos en el mercado local, siendo la de vivienda una de las de menor impacto debido a los subsidios e impulsos otorgados por el Gobierno Nacional. No obstante, como resultado del ciclo monetario y el lapso de acción de las medidas tomadas, tanto la oferta como la demanda del sector presentaron dificultades en el inicio del año, afectando desde la intención de compra hasta el nivel de áreas aprobadas para construir.
Ante los recientes recortes de tasa del Banco Emisor y la continuidad en los diversos impulsos que otorga el Gobierno Central al sector, estimamos que en los próximos meses ambos componentes del mercado se equilibren y permitan un mejor entorno para el correcto desarrollo de la actividad, lo cual se transformaría en un menor nivel de riesgo. Conjuntamente, la reducción de tasas de crédito hipotecario por parte de las entidades financieras se transforma en un impulso a la demanda, que en el mediano plazo permitirá la recuperación del nivel productivo de la actividad.
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