Científicos del Baylor College of Medicine (EE. UU.) desarrollaron una manera optimizada de suministrar medicamentos sin inyecciones. El tratamiento de enfermedades crónicas como la artritis reumatoide suele requerir inyecciones de por vida, de manera que el miedo a las agujas, las infecciones relacionadas con las inyecciones y el dolor, son las razones por las que los pacientes se saltan las dosis.
Investigaciones anteriores mostraron que una proteína corta, derivada de las toxinas de las anémonas de mar, redujo de manera efectiva y segura la gravedad de la enfermedad en modelos de artritis reumatoide en ratas y en pacientes con psoriasis en placas. Para el estudio, fueron aplicadas técnicas de bioingeniería al probiótico L. reuteri para segregar el péptido ShK-235, una toxina derivada de las anémonas de mar que fue elegida debido a que es originario de los intestinos de humanos y otros animales.
Los resultados fueron alentadores. En modelos animales de artritis reumatoide, la administración diaria de estas bacterias secretoras de péptidos redujo significativamente los síntomas clínicos de la enfermedad, incluida la inflamación de las articulaciones, la destrucción del cartílago y el daño óseo.