El sector inmobiliario ha exhibido grandes resultados en los últimos periodos, transformándose, en conjunto con el sector financiero, en el jalonador de la economia nacional.
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Este escenario se ha desarrollado como resultado del impulso brindado por las políticas gubernamentales en pro de incentivar la oferta y demanda de infraestructura social.
Bajo esta coyuntura de inversión se transmitió un contagio hacia los diferentes segmentos del sector inmobiliario, tales como oficinas, destinos comerciales, turísticos, entre otros.
De esta forma, la relevancia de las políticas gubernamentales y los factores correspondientes a cada uno de los sectores de destino, han determinado la contribución adicional al desempeño de la construcción inmobiliaria.
Ante esto, la infraestructura turística nacional ha sido uno de los segmentos apuntados como relevantes, más no como impacto superlativo de las recientes políticas. Desde inicios del milenio, las inversiones en el sector turismo y hotelería han sido foco de incentivos tributarios, tales como la exención del impuesto a la renta por un período de 30 años, la cual entra en vigencia a partir del inicio de la operación para servicios hoteleros prestados en nuevos proyectos, pero también para los que se remodelen, amplíen o se inscriban para acceder al beneficio desde el año 2003 hasta diciembre de 2017. Convirtiendo esta fecha final en una alerta fundamental para el desempeño futuro del sector turístico e inmobiliario.
Vea a continuación un informe completo con el análisis de esta situación: http://www.aceis.com.co/boletin-15
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