El turismo viene consolidándose en Colombia como un renglón importante de la economía, especialmente con el desarrollo y diversificación de destinos “con contenido”. Por esta razón, los esfuerzos se han centrado en diseñar estrategias que complementen la riqueza natural de los paisajes, la amabilidad de las personas y la enorme diversidad de destinos y actividades posibles.
Se encuentran avances significativos en algunos frentes de tarea, que son evidentes en el incremento constante de viajeros. Según el último boletín mensual de Turismo de Febrero de 2017, emitido por la oficina de estudios económicos del Ministerio de Comercio, industria y turismo -MinCIT-, “durante el periodo enero y febrero el receptivo total de viajeros fue de 995.257, creciendo 41,4% en comparación con el año anterior, es decir, llegaron 291.381 viajeros más que en 2016”.
De los países de América, Colombia ocupa el quinto lugar con una participación de 0,23% del total de llegadas en el mundo. Durante febrero, las entradas de extranjeros crecieron 17,08% respecto al mismo mes del año anterior, en lo corrido del año aumentaron 16,01%, lo que implica un incremento de 65.396 viajeros. Estas últimas cifras nos llevan a analizar cómo el turismo viene desarrollándose en el enfoque hacia “turismo extranjero” y es aquí en donde se evidencia el impacto que iniciativas como el PCCC (Paisaje Cultural Cafetero de Colombia) tienen en el avance del turismo en el país.
En este sentido cobra importancia la inscripción del Paisaje Cultural Cafetero dentro de la Lista de Patrimonio Mundial efectuada en 2011, la cual compromete al estado colombiano y a la comunidad internacional a su protección e invita a los viajeros del mundo a conocer el destino. Por su parte, iniciativas regionales como “Rutas del Paisaje Cultural Cafetero”, del que hacen parte los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, Se hacen indispensables para asegurar el crecimiento turístico de las 411 veredas de los 47 municipios que componen su zona principal.
Los paisajes culturales se entienden como las obras combinadas de la naturaleza y del hombre, los cuales ilustran la evolución de la sociedad humana y sus asentamientos a lo largo del tiempo. Con base en esta definición los actores gubernamentales deben intervenir para diseñar y poner en marcha planes que apunten al desarrollo conjunto de las regiones. Entre los aspectos a considerar están: primero, se deben integrar los diferentes actores identificando cuáles hoteles, hostales y en general servicios de alojamiento, fincas cafeteras, que han optado por prestar uno o varios servicios entre alojamiento, recorridos del proceso de cultivo del café y en general aquellos experienciales que lleven al turista a vivir el día a día del “cafetero real”, también el aspecto culinario es importante: restaurantes, cafeterías reevaluadas como –tiendas especializadas de café – donde además de consumir se pueda educar sobre las formas de preparación y tipos de café y por último como y donde comprar el café tostado, molido, promocionando lugares de venta de ropa y accesorios típicos de la región, entre otras.
Finalmente, cabe mencionar que el principal reto radica en apuntar de forma organizada y controlada hacia los mismos objetivos, lo que implica reconocer las necesidades de la demanda emergente según los perfiles identificados de los “nuevos turistas”, pero además conservar y velar por incrementar los conocimientos reales sobre el café tanto de los nacionales como de los extranjeros
Marsela Londoño Linares Ingeniera Industrial – MSc. En Administración de la Universidad Nacional de Colombia
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