La posibilidad de enajenar los activos de Ecopetrol en la cuenca del Permian, ubicada en Estados Unidos, ha generado un intenso debate sobre el futuro operativo de la estatal petrolera. Mientras la presidencia de la República sugiere que esta desinversión es necesaria para garantizar la sostenibilidad financiera y alejarse del fracking, el mercado advierte que tal decisión podría interpretarse como una falta de claridad en los planes de inversión futuros, lo que impactaría negativamente la cotización de la acción y la confianza inversionista.
Según Bloomberg Línea, la operación en esta zona es determinante para el balance de la compañía, ya que actualmente contribuye con cerca de 100.000 barriles por día, cifra que representa el 14,0% de la producción total del grupo. Los análisis financieros indican que, ante el declive natural de los yacimientos en Colombia, la ausencia de este activo habría reducido la producción nacional a un nivel estimado de 646.000 barriles diarios, perdiendo así una fuente clave de barriles de alta calidad y de flujo de caja en moneda fuerte, ya que, permian en 2024 sumó 40.100 de gas y 53.700 barriles de petróleo, en lo corrido de 2025, la producción del Permian es de 115.000 bped, 51.900 de gas y 63.600 de crudo.
Además del volumen extractivo, este activo cumple una función estratégica de diversificación de riesgo geográfico y regulatorio, permitiendo a la empresa mantener estabilidad frente a los ciclos locales. Expertos señalan que la salida del Permian no solo eliminaría una plataforma vital para el aprendizaje tecnológico en recuperación de hidrocarburos, sino que agregaría presión a los problemas de gobierno corporativo que ya enfrenta la entidad, configurando un escenario que podría enfriar aún más el interés del mercado por los títulos de la petrolera.
También te puede interesar: Inversión extranjera en el sector petrolero cayó un 30,3% en el primer semestre