La producción de algodón en América Latina representa el 13% a nivel mundial, siendo un actor clave en el abastecimiento del sector de la moda a nivel global. Colombia, específicamente, ha experimentado un resurgimiento en la siembra de algodón durante la cosecha 2022-2023, fortaleciendo la asociatividad agrícola y adoptando prácticas sostenibles.
Según la Confederación Colombiana del Algodón (Conalgodón), la superficie algodonera en 2022 alcanzó las 13.867 hectáreas, marcando un crecimiento significativo del 66%. Proyectando un aumento adicional a 36.100 hectáreas en los próximos tres años, el país busca procesar alrededor de 90.000 toneladas de algodón en 2025.
La FAO resalta que, aunque el algodón, como la fibra natural más consumida globalmente, es biodegradable, se cultiva en la temporada seca y participa en importantes iniciativas sostenibles, su uso principal sigue siendo superado por las fibras sintéticas derivadas del petróleo o producidas con solventes. Lo anterior conlleva problemáticas ambientales como la contaminación y la generación de microplásticos. A pesar de su potencial sostenible, los textiles de algodón natural sólo constituyen el 24% del mercado actual, subrayando la importancia de incrementar su utilización para avanzar hacia prácticas más respetuosas con el medio ambiente.
El algodón colombiano se enfrenta a dos desafíos clave en su camino hacia la sostenibilidad. En el ámbito internacional, debe conquistar la preferencia del consumidor de moda, cumpliendo con certificaciones como Better Cotton, orgánicas (GOTS) y regenerativas (Regen Cotton). Además, se debe abordar la demanda interna, impulsando leyes como la gestión integral de residuos y aumentando aranceles para la importación de confecciones.
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