De acuerdo con The New York Times, el acuerdo contempla una suspensión mutua de aranceles durante 90 días mientras continúan las negociaciones. Como parte del compromiso, EE. UU. reducirá los aranceles a productos chinos del 145,0 % al 30,0 %, y China bajará los suyos del 125,0 % al 10,0 % sobre mercancías estadounidenses. Este avance ocurre luego de un fin de semana de negociaciones en Ginebra, donde ambos gobiernos coincidieron en evitar una ruptura comercial.
El secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, afirmó que ni China ni Estados Unidos desean una desvinculación económica. También señaló que podría discutirse la compra de productos estadounidenses por parte del gobierno chino, en un intento por reducir el déficit comercial. Pese a esta tregua, se mantienen aranceles base del 10,0 % y otros gravámenes aplicados previamente.
La industria y los mercados ven el impacto de la medida; por un lado, el índice bursátil de Hong Kong subió 3,0 % y los futuros del S&P 500 reaccionaron positivamente. No obstante, persiste la incertidumbre, ya que el acuerdo no incluye compromisos estructurales de largo plazo y economistas advierten que los efectos de la disputa seguirán impactando el crecimiento global.
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