El oro alcanzó su máximo histórico el pasado martes, impulsado por varias fuerzas económicas y geopolíticas clave. La perspectiva de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal y las incertidumbres en torno a la economía de Estados Unidos han fortalecido la posición del metal como un activo refugio.
El precio del oro superó su récord previo establecido a principios de diciembre. Este ascenso ha sido atribuido a una combinación de factores, entre los que se encuentran las preocupaciones sobre las perspectivas económicas globales, las tensiones geopolíticas y un cambio en las expectativas relacionadas con los recortes anticipados de las tasas de interés.
En Estados Unidos, la disminución del gasto en construcción en enero y la caída en la confianza del consumidor en febrero han reforzado las expectativas de que la Reserva Federal reduzca pronto sus tasas de interés.
El posible recorte afectaría el rendimiento de los bonos estadounidenses y debilitaría al dólar, lo que podría llevar a los inversores a refugiarse en el oro como un activo más seguro. La convergencia de estos factores ha contribuido significativamente al ascenso del oro a su máximo histórico.
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