La inteligencia artificial (IA) está revolucionando el desarrollo de software, generando código a partir de instrucciones en lenguaje natural en un proceso conocido como “vibe coding”. Esta tecnología, si bien promete aumentos de productividad de hasta un 55%, no se perfila como un reemplazo para los desarrolladores, sino como una herramienta que transformará su rol, exigiéndoles nuevas habilidades y un mayor nivel de especialización.
Según Enter.co, el futuro de la programación no reside en la eliminación de los humanos, sino en una colaboración más estrecha con la IA. Los desarrolladores pasarán de escribir código línea por línea a diseñar instrucciones precisas, revisar el código generado por la IA para detectar errores o brechas de seguridad y, fundamentalmente, aplicar su juicio y conocimiento del contexto para asegurar la calidad y fiabilidad del software.
Aunque la IA puede automatizar tareas repetitivas, aún carece de la capacidad de comprender el panorama completo de un sistema o de evaluar los riesgos de manera crítica, como señala Christine Yen, CEO de Honeycomb. Por su parte, Naveen Rao de Databricks, sugiere que, si bien se podrían necesitar menos desarrolladores en el futuro, aquellos que permanezcan en el campo requerirán una pericia considerablemente mayor, posicionando a la IA como un asistente avanzado que permitirá a los programadores centrarse en tareas de mayor valor, como la arquitectura de sistemas y la resolución de problemas complejos. Los profesionales que logren dominar la colaboración con estas nuevas herramientas serán los más demandados en la industria tecnológica del mañana.
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