En el corazón del departamento del Cesar, una región que durante años anheló la paz, hoy se cosecha esperanza en forma de cacao. El programa “Vivero de Cacao para la Paz”, una poderosa alianza entre la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia) y la Compañía Nacional de Chocolates, se ha consolidado como un motor de cambio para cientos de familias campesinas, demostrando que el cacao es mucho más que un producto: es una herramienta de reconciliación y desarrollo sostenible.
Lo que comenzó con la inauguración de un vivero en Codazzi, hoy, en junio de 2025, es un proyecto robusto que está dando frutos tangibles, mejorando no solo la productividad, sino la calidad de vida de quienes más lo necesitan.
El Origen: Una Alianza Estratégica por la Calidad y la Reconciliación
La iniciativa nació en el Centro de Investigación Motilonia de Agrosavia con un objetivo claro: fortalecer la cadena productiva del cacao atendiendo al eslabón más importante: los pequeños y medianos productores, que representan cerca del 85% del sector a nivel nacional.
El director del centro, Mario Augusto Zapata, sentó las bases en su momento: “El programa incluye mejoramiento de las semillas de producción, renovación de plantas, mejoramiento de suelos y otras acciones que permitan mejor calidad, más eficiencia en la producción y mejores condiciones para los agricultores”. La visión era clara: no solo entregar plantas, sino ofrecer un paquete tecnológico completo para asegurar el éxito del cultivo.
Impacto en 2025: Cosechando los Frutos de la Paz
Años después de su lanzamiento, el programa “Vivero de Cacao para la Paz” ha superado las expectativas iniciales. Los resultados son evidentes:
- Productividad Mejorada: Los agricultores participantes han visto un aumento significativo en la producción por hectárea, gracias al acceso a material vegetal de alta calidad genética, resistente a enfermedades y adaptado a las condiciones de la región.
- Calidad Superior: La asistencia técnica en fermentación y secado ha permitido a los productores obtener un grano de “cacao fino de aroma”, categoría en la que Colombia es líder mundial. Esto les permite acceder a mercados especializados con precios más justos y estables.
- Desarrollo Sostenible: Se han impulsado prácticas agroforestales, donde el cacao convive con otros cultivos de corto plazo y árboles nativos, mejorando la salud del suelo y creando ecosistemas más resilientes.
El proyecto ha beneficiado directamente a cientos de familias productoras, muchas de ellas víctimas del conflicto armado que ahora ven en el cultivo legal del cacao una alternativa de vida digna y estable.
La Voz de los Productores: Historias de Transformación
El verdadero éxito del programa se mide en las historias de sus protagonistas. “Antes, sembrar aquí era sembrar con miedo”, comenta un productor beneficiario de la zona de Codazzi. “Ahora, con el cacao, sembramos futuro. Ver crecer estas plantas y saber que tienen un comprador seguro como la Nacional de Chocolates nos da la tranquilidad que perdimos por mucho tiempo”.
El Futuro del Cacao Colombiano se Cultiva Hoy
El programa “Vivero de Cacao para la Paz” es un ejemplo tangible de cómo la inversión social, la transferencia de tecnología y las alianzas público-privadas pueden generar un impacto profundo y duradero. No se trata solo de mejorar un cultivo, sino de reconstruir el tejido social, generar confianza y ofrecer oportunidades reales en la Colombia rural.
Esta iniciativa en el Cesar no solo fortalece la cadena de uno de los productos más emblemáticos de Colombia, sino que siembra un legado de paz que, al igual que los mejores cacaos, perdurará en el tiempo.