- Durante los primeros dos años del gobierno ha enfrentado dificultades en la ejecución efectiva del presupuesto, lo que ha resultado en una caída significativa en la inversión pública y privada.
- Petro ha logrado aprobar la reforma pensional, una de las más significativas en las últimas tres décadas, pero ha enfrentado importantes derrotas con la reforma a la salud y la educación.
El 7 de agosto de 2022, Gustavo Petro asumió la presidencia de Colombia, un mandato histórico como el primer presidente de izquierda en la historia reciente del país. Sin embargo, a mitad de su mandato, el balance sobre su gestión muestra una mezcla de desafíos significativos que han marcado su administración.
Uno de los retos más destacados ha sido la ejecución del presupuesto. Según un estudio de Corficolombiana, la ejecución del Presupuesto General de la Nación (sin incluir el servicio de la deuda) en el primer semestre de 2024 alcanzó el 36,6%, situándose 2,4 puntos porcentuales por debajo del promedio de los últimos 23 años. Esto ha llevado a una caída en la inversión pública y privada, con sectores cruciales como la industria, el comercio y la construcción reportando balances negativos durante más de un año.
La caída abrupta en la inversión es un claro indicador de la necesidad de un plan de reactivación económica que impulse estos sectores fundamentales y fomente la confianza de los inversores. Además, el bajo recaudo fiscal ha sido otro desafío significativo. Durante el primer semestre registró una caída del 0,3% con relación al mismo periodo del año anterior.
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En el ámbito político, Petro ha enfrentado desafíos en la implementación de sus reformas más ambiciosas. Tras la instalación de la tercera legislatura del Congreso el 20 de julio de 2024, el gobierno se vio obligado a recurrir a métodos tradicionales para tramitar sus reformas, dado el rechazo a propuestas como una Asamblea Constituyente o el uso del fast-track.
La reforma pensional fue aprobada por el Congreso y representa una de las transformaciones más significativas del sistema de seguridad social colombiano en las últimas tres décadas. Esta reforma, que entrará en vigor el 1 de julio de 2025, busca fortalecer el fondo público de pensiones y aumentar el porcentaje de jubilados.
Sin embargo, el Gobierno sufrió derrotas importantes con la reforma a la salud y la reforma a la educación. La reforma a la salud, que pretendía eliminar la intermediación de las EPS y canalizar los recursos directamente a hospitales y clínicas, fue rechazada en la Comisión Séptima del Senado. Esta caída representó una de las mayores derrotas políticas para Petro y llevó a la salida de varios ministros claves. La reforma a la educación también fracasó, en parte debido a la falta de apoyo de los sindicatos de maestros, que rechazaron los cambios incorporados en el proyecto, lo que llevó a su hundimiento en el Congreso.
En contraste, la reforma laboral, que había estado en peligro de naufragar, logró avanzar. Aunque ha pasado por la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, aún debe superar tres debates en el Senado antes de convertirse en ley. Esta reforma incluye mejoras en los derechos laborales individuales, como el aumento de la jornada nocturna y el pago completo por días de descanso obligatorio.
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La alta rotación en el gabinete, con 37 ministros y 55 viceministros cambiados en dos años, ha generado inestabilidad y ha dificultado la implementación de políticas públicas consistentes.
En términos de inclusión financiera, el gobierno ha realizado avances. El fortalecimiento del acceso a crédito, particularmente para las economías populares y los sectores más vulnerables, ha sido un objetivo central. El Fondo Nacional de Garantías, por ejemplo, ha respaldado créditos significativos, con un enfoque particular en la economía popular y el sector agro. Sin embargo, la brecha en la ejecución efectiva de estos programas, agravada por la alta inflación y las tasas de interés elevadas, ha limitado el alcance de estos avances.
Otro de los ajustes destacados ha sido el incremento en los precios del ACPM, una medida que ha tenido repercusiones significativas en los costos de transporte y, por ende, en la economía en general. Aunque el ajuste busca reflejar los costos reales del petróleo y contribuir a la estabilidad fiscal.
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Con la tercera legislatura como una ventana crítica, el gobierno enfrenta la presión de aprobar la mayoría de sus reformas antes de que el ciclo preelectoral de 2025 comience a influir en el Congreso. Las recientes propuestas y ajustes buscan asegurar que las reformas pendientes sean aprobadas en los próximos meses, en un contexto legislativo donde la capacidad de negociar y adaptar las estrategias será clave para el éxito de la agenda reformista del gobierno.
El mandato presidencial de Gustavo Petro ha sido un periodo de cambios significativos, con avances en áreas como la inclusión financiera y reformas estructurales, pero también con desafíos notables en términos de ejecución del presupuesto, recaudo fiscal y estabilidad económica. La combinación de una ejecución presupuestal deficiente, una inversión en declive y un bajo recaudo fiscal destaca la necesidad urgente de un plan de reactivación para revitalizar los sectores clave de la economía y fomentar un crecimiento sostenible.