Los hechos acontecidos en Grecia a raíz de los préstamos solicitados a la Unión Europea generan una serie de cuestionamientos sobre las movidas estratégicas que realizaron los partidos políticos, ante el acuerdo o desacuerdo, con la forma como se financió el tercer rescate de una economía deprimida y con un endeudamiento correspondiente al 170% del PIB. (Ver: Situación en Grecia y su Impacto para Colombia). Dentro de las grandes estrategias, figura la del primer ministro griego, Alexis Tsipras, quien se postuló en las elecciones de principio de año logrando la victoria y estableciendo su mandato desde el 26 de enero de 2015 hasta el 27 de agosto del mismo año, cuando dimitió de su cargo. Ahora fue reelegido como primer ministro y tomó posesión el pasado 21 de Septiembre. Victoria, renuncia y victoria. ¿Cuál fue la razón? ¿Por qué un segundo mandato? Son algunos de los cuestionamientos.
Fuente: www.freeimages.com Autor: Tori Campbell
Entender este tipo de “jugadas” políticas requiere, inicialmente, entender la forma como se estructura el gobierno griego. Dicho país, tiene sus bases políticas en la constitución de 1975, con modificaciones en los años de 1986, 2001 y 2008. En ella, se rechaza la monarquía y se acepta un gobierno democrático parlamentario, se realizan elecciones cada cuatro años para elegir los representantes del parlamento heleno y el primer ministro, este último con facultades para organizar su grupo ministerial y de paso influir en la colocación de personas en cargos claves a nivel gubernamental.
El parlamento helénico elige al presidente de la república, quien a su vez da la autorización para que el primer ministro forme su gobierno. El presidente ocupará el cargo durante 5 años, puesto que entre el 2015 y el 2020 estará en manos de Prokopis Pavlopuolos. Además de esto, Grecia cuenta con más de 10 partidos políticos, fuertes problemas en términos de corrupción y clientelismo. El liderazgo y la toma de decisiones griegas están sujetos al número de escaños que se obtienen en el parlamento que en total son 300 y se alcanza la mayoría absoluta con la mitad más 1, es decir, con 151 escaños. Aquí, la clave de Tsipras.
Cuando el primer ministro realizó el acuerdo para un tercer rescate griego durante su primer mandato, su partido del cual es líder, la Coalición de la Izquierda Radical –SYRIZA-, presentó una fracturación y casi un tercio de ellos, cerca de 25 diputados decidieron no apoyarlo y fundar un nuevo partido, la Unidad Popular. La objeción se presentó en que no podían quedar sujetos a todas las condiciones pedidas por la Unión Europea, en especial Alemania al momento de otorgarle el préstamo (Ver: “Corralito” Griego: una Semana de Incertidumbre). El quiebre en esta alianza no le permitía al primer ministro tener un claro campo de acción y determinó que sería el pueblo griego quien tomaría la decisión, razón por la cual el 20 de agosto anunció su renuncia al cargo.
La cuestión es clara, ante la renuncia de Tsipras, el presidente de la república griega se veía obligado a convocar a elecciones para elegir al nuevo primer ministro y otorgar así el número de escaños al partido político que mayor votación alcance. Lo hizo el partido SYRIZA con el 35,46% de los votos, quedándose con 145 curules, mayoría no absoluta. En ese momento, Tsipras, anunció la coalición con el partido político, griegos independientes –ANEL-, quienes alcanzaron 10 curules en el parlamento, congregando así un total de 155 escaños de los 300, y superando la barrera de la mitad más uno.
Con su movida, el primer ministro griego le comprobó a sus oponentes que la población de ese país estaba de acuerdo en aceptar las condiciones impuestas por los entes involucrados en un tercer rescate que alcanzó el valor de 86.000 millones de euros en un plazo de tres años. Los resultados fueron evidentes, y de paso logró quitarle al partido naciente la fuerza en el proceso de toma de decisiones en el parlamento y fortalecer, no solo su partido político, sino también la alianza con el ANEL. Queda claro que el viejo refrán “en el amor y la guerra todo se vale” también aplica para la política.
