La actividad agropecuaria juega un rol crucial en las economías de América Latina, aunque su impacto en el Producto Interno Bruto (PIB) varía significativamente entre países. Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mientras que en México representa solo el 3,6% del PIB, en Nicaragua alcanza el 15,4%, evidenciando la heterogeneidad de su relevancia económica en la región.
Brasil, Argentina y México concentran el 76,0% del valor bruto de la producción agropecuaria regional, impulsados por su tamaño territorial y alta productividad. Además, estos tres países explican el 70,0% de las exportaciones agropecuarias, con Brasil como líder absoluto, representando el 39,0% del total. Entre los principales productos exportados destacan soya y sus derivados, que suman el 27,0% del valor total, seguidos por la carne de res, el maíz, el café y el azúcar.
En el ámbito pesquero, Perú, Chile y México realizan el 74,0% de las capturas marinas, mientras que Chile, Ecuador y Brasil dominan la producción acuícola con un 78,0%. Sin embargo, varios países caribeños y centroamericanos enfrentan desafíos significativos, como la dependencia de importaciones y el estancamiento de su producción agropecuaria.