El perfil de los emprendedores es clave para diseñar las tácticas que la empresa demanda, además de potenciar sus propias destrezas. De manera general, el emprendedor demuestra: Ser creativo e innovador y suele tener una característica en comunes, de los cuales se resalta la actitud positiva y proactiva de entender lo que pasa en su entorno y como puede transfórmalo de manera positiva, sacando beneficios de ello. Pero existen dos mentalidades entre los emprendedores que pueden considerarse similares, pero que tienen grandes diferencias a la hora de interpretar el presente y el futuro: La mentalidad innovadora y la mentalidad disruptiva.
La innovadora introduce mejoras en elementos, procesos, productos ya existentes con un crecimiento lineal, mientras que las disruptivas, sustituyen elementos tradicionales en elementos exponenciales, en su mayoría tecnológicos o con inteligencia artificial.
Una mente innovadora se suele administrar y generar ideas nuevas, servicios y productos dirigidos a un mercado tradicional de consumo, y bajo una dinámica competitiva entre empresas. La mente disruptiva busca un hueco entre posibles usuarios que no tenían acceso a un producto, creando una necesidad en el mercado.