- El conflicto entre Israel y Palestina, junto con la participación del Líbano e Irán, ha generado interrupciones considerables en la actividad comercial y un aumento de la inflación, afectando la estabilidad económica en la región.
- Las restricciones al comercio y la destrucción de infraestructura en Palestina han llevado a una profunda crisis humanitaria, impactando sectores clave como la construcción y la agricultura.
- La inestabilidad en Medio Oriente afecta no sólo a las economías locales, sino que también genera volatilidad en los mercados globales, elevando los costos de energía y transporte, lo que tiene consecuencias para economías distantes como la de Colombia.
El conflicto en Medio Oriente, particularmente entre Israel y Palestina, así como la participación de actores como Líbano e Irán, ha generado un impacto profundo en las economías locales. A medida que las tensiones aumentan, se manifiestan en interrupciones comerciales, inflación y crisis humanitarias, afectando no solo a las naciones directamente involucradas, sino también a la economía global.
A pesar de tener una economía diversificada y tecnológicamente avanzada, Israel ha experimentado importantes interrupciones en su actividad comercial y turística. El desvío de recursos hacia la seguridad nacional y el esfuerzo militar ha incrementado la presión sobre el presupuesto público, lo que ha llevado a un aumento de la inflación. La necesidad de invertir en infraestructura de defensa y la restauración de zonas afectadas por el conflicto también representan una carga considerable para la economía israelí.
En Palestina, las restricciones al comercio, la destrucción de infraestructura y la inestabilidad general han paralizado la economía. Los sectores de la construcción y la agricultura, que son claves, se ven frecuentemente afectados por el conflicto. Los cortes de electricidad y el acceso limitado a recursos esenciales han profundizado la crisis humanitaria, con efectos importantes sobre el crecimiento económico a largo plazo.
Líbano, con su vinculación histórica a Hezbollah e Irán, enfrenta graves crisis económicas exacerbadas por el conflicto regional. Su sector financiero, que en otro tiempo fue uno de los más dinámicos en el mundo árabe, está en una profunda decadencia. Las sanciones impuestas a Hezbollah y su participación en el conflicto israelí-palestino limitan la capacidad del Líbano para atraer inversión extranjera, dejándolo al borde de una crisis humanitaria severa.
Irán, por su parte, se encuentra en una situación económica debilitada por años de sanciones internacionales que han afectado su capacidad de exportar petróleo y acceder a tecnología. A pesar de contar con grandes reservas de crudo, el país se ha visto obligado a depender de un comercio limitado con naciones como China y Rusia. Esto ha generado tensiones internas, incluyendo una alta inflación y la devaluación de su moneda, el rial.
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El conflicto en Medio Oriente ha tenido un impacto en la economía global, y en la actualidad, las preocupaciones no se limitan solo al suministro de petróleo. Por ejemplo, Israel es un líder en tecnología agrícola, exportando productos avanzados como sistemas de riego por goteo y biotecnología. Las interrupciones en estas exportaciones afectan a países que dependen de estas tecnologías para garantizar su seguridad alimentaria.
Las tensiones en la región también provocan fluctuaciones en los mercados de metales preciosos, como el oro y la plata, que suelen considerarse refugios seguros en tiempos de incertidumbre. El aumento en los precios de estos metales impacta industrias que dependen de ellos, como la electrónica y la manufactura. Además, el conflicto afecta el mercado de productos químicos y farmacéuticos, ya que muchas empresas dependen de materias primas de la región. Cualquier interrupción en la producción o el transporte puede causar escasez y un aumento en los precios globales.
La incertidumbre generada por el conflicto también tiende a crear inestabilidad en los mercados bursátiles. Los inversores globales tienden a retirar capital de sectores de mayor riesgo, buscando refugio en activos más seguros, lo que dificulta el acceso a financiamiento para diversas industrias. Además, el incremento en los costos de seguros para el transporte marítimo, especialmente en áreas cercanas al conflicto, eleva los precios de importaciones y exportaciones clave.
América Latina, aunque geográficamente alejada del conflicto, no está exenta de sus repercusiones económicas. Países como Colombia, cuya economía depende en parte de la exportación de materias primas como el carbón, el café y productos agrícolas, pueden verse afectados indirectamente. La volatilidad en los mercados globales de materias primas, exacerbada por la inestabilidad en Medio Oriente, podría generar fluctuaciones en los precios de exportación, afectando los ingresos nacionales.
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En particular, el aumento de los precios de la energía y el transporte, impulsado por la inestabilidad en Medio Oriente, puede representar un desafío para Colombia y otros países latinoamericanos. El incremento en los costos de producción y transporte podría afectar la competitividad de las exportaciones colombianas en el mercado internacional.
Entre enero y julio de 2024, las importaciones provenientes de Israel, Líbano, Palestina e Irán fueron de 54,8 millones de dólares, presentando un incremento del 3,5% respecto al mismo periodo del año anterior. De este valor importado, el 99,6% lo aportó Israel, seguido por Irán con el 0,3% y Líbano con el 0,2%. El valor importado desde Israel presentó un incremento del 3,6% respecto al mismo periodo del año anterior, donde destacó el incremento de la fabricación de otros productos minerales no metálicos (8154,4%), la fabricación de papel, cartón y productos de papel y cartón (1130,2%), y la coquización, fabricación de productos de la refinación del petróleo y actividad de mezcla de combustibles (186,0%). En contraste, los sectores que presentaron mayor descenso fueron la fabricación de vehículos automotores, remolques y semirremolques (96,5%), actividades de impresión y producción de copias a partir de grabaciones originales (64,2%), y la fabricación de muebles, colchones y somieres (57,4%).
*Importaciones enero-julio 2024 /Fuente: DANE-DIAN, elaboración: Sectorial